“La Revolución cubana –dice- tiene sus propios ideales. Creemos fuertemente en ideales de libertad, derechos humanos y justicia social. Pero la libertad es imposible si millones de personas no saben ni leer ni escribir. Un hombre no puede ser libre si tiene hambre.”
Ante una pregunta que revela el signo de desconfianza en Washington, el Primer Ministro responde cortante: “La Revolución es la misma en el poder que en la Sierra. Nunca hemos hecho concesiones”, aunque amablemente, poco antes de finalizar, lanza una invitación que sería el leitmotiv del viaje de Fidel Castro a Estados Unidos en 1959: “Vayan a Cuba y conozcan la verdad por ustedes mismos”.
Fidel en Harvard: “Vayan a Cuba y conozcan la verdad por ustedes mismos”
Por Rosa Miriam ElizaldeLa mayoría de los periodistas experimentados no están interesados en trabajar fuera de horario, recuerda Ellis Smith, y el encuentro de Fidel con los estudiantes se programa para las nueve de la noche, una hora de infarto de los cierres de los periódicos y los noticieros televisivos. “Debido además a que era sábado – un sábado de abril justo antes de la época de exámenes – no encontraban suficiente personal para cubrir el evento. Me ofrecí, aceptaron, y me dieron una cámara para tomar las fotos. Me coloqué el pase de prensa amarillo alrededor de mi cuello – credencial que poseo todavía – y que es como de oro para mí”, añade.
El presidente de Harvard, Nathan Pusey, ya había anunciado que iba a estar fuera de la ciudad ese fin de semana, evitando así tomar la decisión difícil de asistir al discurso e introducir al revolucionario recibido en Washington con “cauteloso escepticismo crítico”, como ha denominado el investigador Carlos Alzugaray la actitud adoptada hacia Cuba por los funcionarios de EEUU tras el triunfo del Primero de Enero de 1959. “Poco después del viaje de Castro, el Harvard Crimson demostró que Pusey, de hecho, no había estado fuera de la ciudad”, asegura Robert Ellis Smith.
“Era una noche suave y clara”, evoca hoy el veterano abogado y escritor, que ha publicado parte de estas memorias en el diario digital Havana Journal. Fidel asciende a una tribuna elevadísima, a unos 20 pies del suelo. Las palabras de presentación se oyen nítidas. No tarda en decir que se encuentra incómodo tan lejos del público, y que él, que nunca habla desde tan alto, también ahora comprende por qué las luces de frente suelen ser un instrumento de tortura para arrancar confesiones. El público aplaude, y lo hará muchas veces durante las próximas dos horas. Alguien repara en que el Primer Ministro solo tiene puesto su traje de campaña y le acerca una chaqueta que viene a tono con su uniforme guerrillero.
“No puedo decir que yo recuerdo mucho de lo que él dijo allí. Lo que sí recuerdo es que la mayoría de los estudiantes después de la charla manifestaron curiosidad hacia Cuba y un vago apoyo al nuevo líder cubano”, y añade: “Pero yo estaba seducido por este hombre”.
Los diarios de Boston, al día siguiente, son exhaustivos con las palabras de Fidel, quien ha contado que 11 años antes había visitado esta universidad para conocer el programa sobre materias económicas: “No realicé mi sueño de venir aquí, pero quiero agradecer a esta universidad el haber estudiado mucho para poder entrar aquí”. El cubano diferencia claramente la democracia práctica, de la teórica que esgrimen muchos que no son verdaderamente demócratas: “La Revolución cubana –dice- tiene sus propios ideales. Creemos fuertemente en ideales de libertad, derechos humanos y justicia social. Pero la libertad es imposible si millones de personas no saben ni leer ni escribir. Un hombre no puede ser libre si tiene hambre.”
Ante una pregunta que revela el signo de desconfianza en Washington, el Primer Ministro responde cortante: “La Revolución es la misma en el poder que en la Sierra. Nunca hemos hecho concesiones”, aunque amablemente, poco antes de finalizar, lanza una invitación que sería el leitmotiv del viaje de Fidel Castro a Estados Unidos en 1959: “Vayan a Cuba y conozcan la verdad por ustedes mismos”.
(...) (a íntegra aqui)
sobre a autora: Periodista cubana. Vicepresidenta de la UPEC y la FELAP. Es Doctora en Ciencias de la Comunicación y autora o coautora de los libros “Antes de que se me olvide”, “Jineteros en La Habana”, “Clic Internet” y “Chávez Nuestro”, entre otros. Ha recibido en varias ocasiones el Premio Nacional de Periodismo “Juan Gualberto Gómez” En twitter: @elizalderosa
fonte: http://www.cubadebate.cu/fotorreportajes/2015/08/13/fidel-en-harvard-vayan-a-cuba-y-conozcan-la-verdad-por-ustedes-mismos/#.WstR7uSG_cd
Nenhum comentário:
Postar um comentário